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Es hora de arrancar

Por Andrea Mesa Quiceno
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Actualizado: 4 abril, 2016

Ya estamos en el cuarto mes del año y en materia deportiva existe la sensación que aún el tema no ha arrancado como se esperaba y que es el momento para que la Administración Departamental y las Municipales “echen el balón a rodar”.

Ya hubo tiempo suficiente para la planeación, también para la selección del personal y para definir las prioridades. El tiempo que ha transcurrido es suficiente y también ha sido justo porque es algo inevitable cuando hay cambios tan profundos a nivel político.

Pero no se puede perder más tiempo, ya que mientras tanto los demás se aprovechan y sacan ventaja en todos los frentes del deporte. Cada vez son más los deportistas que se sienten tentados a irse para otro Departamento, así que ya no se puede seguir improvisando en este tema porque de lo contrario será en el medallero donde se verán las consecuencias para Risaralda.

Otra de las prioridades es la sede para el Eje Cafetero delos Juegos Nacionales, pero si por alguna razón no se consigue, debe existir un plan B, un plan C, un Plan D y hasta E para que nuestro territorio sea protagonista de grandes eventos y de esta manera se logre también una buena inversión en todos los niveles.

Los municipios no se pueden quedar al margen. En el caso de Pereira hay que lograr avances más significativos que las Vías Activas y es un reto interesante también apoyar y mostrar nuevas disciplinas. Dosquebradas le quiere apuntar a procesos y eventos que lo muestren como una ciudad y los del Área Metropolitana quieren fortalecer también su imagen.

Buenas intenciones es lo que hay, pero ya es momento de que todo eso arranque y que se empiece a construir el verdadero potencial que se quiere y que nuestra región se merece, donde se ha mostrado hasta la saciedad contar con un gran potencial humano.

También es un buen momento para no seguir permitiendo que algunos deportes sigan en el estado de ostracismo en que se encuentran, mientras se siguen perdiendo deportistas y un gran talento a causa de un puñado de dirigentes que se resisten a dar un paso al costado.