Deporte Risaraldense

Los efectos del ‘parón en seco’ para los deportistas de alto rendimiento

Más allá de las consideraciones económicas, el desempeño de los deportistas también se puede ver afectado por el confinamiento. Esto es lo que sucede en su cuerpo cuando se ven obligados a parar durante semanas.

Últimamente, los analistas del mundo del deporte han centrado su interés en la gran cantidad de aplazamientos de eventos que se han vivido a causa del COVID-19. Asimismo, se preguntan cuando será el momento en que ligas deportivas y eventos puedan llevarse a cabo con normalidad.

Aunque sabemos que ahora, la mayor fiesta deportiva de la humanidad, los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, se llevará a cabo del 23 julio de 2021 al 8 de agosto del mismo año, no es posible prever cuándo el deporte mundial regresará a la normalidad.

Si bien es importante que se hagan análisis económicos de cuáles serán las repercusiones de estos hechos, no se debe olvidar el efecto que esto puede tener en quienes hacen todo esto posible: los deportistas. Después de todo, el cierre de las instalaciones deportivas pone en entredicho su preparación física.

Lo primero a tener en cuenta es que el confinamiento genera efectos importantes y negativos en todas las capacidades físicas con la pérdida de masa muscular y, en consecuencia, la reducción de los niveles de fuerza y potencia. También, se pierde la capacidad de resistencia aeróbica, anaeróbica, flexibilidad, velocidad y las capacidades del gesto deportivo.

Incluso, la variable más usada para la valoración del rendimiento de los atletas de resistencia, el consumo de oxígeno (VO2), se ve afectada cuando la persona en vez de llevar un proceso de entrenamiento físico lleva una vida sedentaria. Cuando un atleta deja de entrenar con la intensidad habitual y reduce el volumen de entrenamiento (menos del 50% de lo acostumbrado), durante un periodo de dos semanas, el VO2max de un atleta se reduce entre el 4 al 14%, cifra que equivale aproximadamente al 0,5% diario después del primer mes.

También, hay evidencia que demuestra que con la falta de ejercicio hay una disminución de la fuerza y la potencia a partir de la segunda semana de suspensión de actividades. A nivel muscular, encontramos alteraciones como la reducción en un 6% de la densidad capilar en las primeras dos semanas, mientras que la sección transversal de las fibras musculares presentan una disminución entre 6% y el 37% luego de dos semanas de haberse generado la interrupción del proceso de entrenamiento. Además, se presenta una reducción del 7 al 14% de los niveles de fuerza y potencia luego de una pausa de un mes, situación que también afecta a los velocistas.

La reducción de los tiempos dedicados al ejercicio físico y las horas de exposición al sol a causa del confinamiento también tienen efectos negativos en la estructura ósea, ya que disminuye su densidad y mineralización. A esto se suman los efectos negativos y naturales que tiene el aumento de la edad en las personas. Aunque, no se debe olvidar que este “parón en seco” también acarrea algunos elementos positivos. Entre ellos está el aumento del tiempo para la recuperación de lesiones.

Seguramente, estas observaciones han empezado a ser tenidas en cuenta por el Comité Olímpico, pues la situación está afectando a los más de 11.000 deportistas provenientes de 206 naciones. Especialmente, cuando a la fecha de declararse la pandemia no habían concluido los eventos clasificatorios, y que aún quedan un 43% de deportistas con posibilidad de luchar por un cupo para participar de los Juegos Olímpicos. Por su parte, los deportistas no deben detenerse, al contrario, deben buscar la manera de continuar ejercitándose desde casa si quieren que este tiempo no pase en vano.

Por: Eduardo Antonio Pérez Restrepo
(Docente Programa Profesional en Entrenamiento Deportivo de Areandina)

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