Deporte Risaraldense

El maestro todavía sabe cositas

Crónica sobre Alonso Zapata

Había que estar allí para ver a un Gran Maestro comerse las uñas. Y había que estar allí para ver a uno de los más grandes del ajedrez colombiano transformar su semblante en el de un niño que recibe en Navidad el regalo que siempre quiso.

La novena y última ronda para el risaraldense Alonso Zapata terminó en cuestión de minutos, y con su resultado quedaba al tope de la tabla. Solo el antioqueño Esteban Valderrama podía amenazarle la medalla de oro que estaba a punto de lograr.

La expectativa se apoderó de todo el recinto, en donde los asistentes observaba n los movimientos de los ajedrecistas, que en el salón contiguo aún disputaban su última ronda, entre ellos Valderrama.
Así es que cada movimiento que aparecía en el monitor era comentado, en su saber y entender, por todos quienes estaban pegados a esas pantallas: jugadores, entrenadores, aficionados…

Y por supuesto, el GM risaraldense no le quitaba la mirada a esa partida, en la que se dio la lógica, según todos los “entendidos”: el antioqueño ganó, y el torneo tenía a dos jugadores en el tope, con 7 unidades. Había que esperar en consecuencia el desempate, que de acuerdo con el reglamento es una fórmula en la que se suman los puntos que marcaron los contrincantes que ambos tenían. Y entonces el oro fue para Risaralda.
El rictus del GM Alonso Zapata fue de una inmensa satisfacción, especialmente cuando el también GM risaraldense Álder Escobar salió del salón a donde había ido ansioso en busca de la noticia, y llegó con la buena nueva: “maestro, es oro”.

Alonso Zapata es un jugador acostumbrado a jugar y a ganar en muchas partes del mundo. Actualmente vive en Atlanta, da clases particulares, es instructor FIDE y ha sido varias veces campeón en Juegos Nacionales, así que una medalla más, lograda en Quibdó, pareciera no alterarle mucho sus sentimientos. Pero no.

“Estoy feliz por el departamento, por el ajedrez de mi tierra. Tengo una gran alegría; cada vez que uno gana es muy satisfactorio” dijo, en medio de las felicitaciones que recibía de los demás jugadores y entrenadores.
Aunque él no lo ha dicho, no cabe duda de que ganar le genera la certeza de seguir en la cúspide del ajedrez colombiano, en la que ha estado por muchos años, y la que cada vez es ocupada por ajedrecistas con más talento, con más información, con más posibilidad de competir desde sus casas, vía Internet, con Grandes Maestros o máquinas especializadas.

Además, el risaraldense ganó en una modalidad en la que él no es especialista (ajedrez activo), así es que con una medalla de oro en el bolsillo y sin jugar el torneo en el que se siente mejor (ajedrez clásico), el Gran Maestro está “enterito”.

Como dijo uno de los tantos jugadores que se acercó a felicitarlo: “el Maestro todavía sabe cositas”.

Orlando Salazar Zapata.
Equipo de Comunicaciones

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