Deporte Risaraldense

A las barras hay que ‘pararles bolas’

La otra opinión 

Triste y lamentable el hecho violento que precedió al partido Valledupar – Pereira y en el cual perdió la vida un joven de 19 años en un enfrentamiento entre aficionados seguidores de ambos equipos, integrantes de las mal llamadas barras bravas.

Ya lo escribí en una ocasión: es un mal que no se origina en el fútbol sino que llegó a él, lo invadió y lo está afectando profundamente. Pero, esta circunstancia no justifica que el fútbol mismo –su organización, sus protagonistas, su entorno- quiera pasar de agache, sin pararle bolas al problema sosteniendo que no hay responsabilidad por los conflictos fuera del estadio.

Tan indiferentes que ni siquiera en el preámbulo del juego en Valledupar se dignaron guardar un minuto de silencio por la víctima, lo que habría sido también un gesto simbólico para llamar la atención sobre este cáncer que ha cobrado varias vidas en todo el país.

Muerte y vandalismo
La red de prensa de Acord Risaralda se agitó ayer con el tema. Muchas opiniones y propuestas. Y no es para menos. Es que a las muertes se agregan los afectados por las acciones vandálicas, por ejemplo, de que son víctimas los habitantes de los sectores adyacentes al estadio de la Villa:

Esto lo cuenta Henry Carvajal… “Me tocó ver como desocuparon una panadería frente a la Viña, en menos de diez minutos. Si, la policía detuvo a varios a los que luego soltaron”. Y eso lo corroboró Oscar Alzate con esta apreciación: “Me decía un fiscal de menores: cada que hay partido llevan dos o tres detenidos pero no hay como judicializarlos porque los policías que los capturan no entregan pruebas. No hay como aplicar medidas”.


¿Qué hacer, entonces?

Mano dura para castigar, medidas de prevención y acción social. Así se resume la intervención que se debe hacer para frenar la violencia y el vandalismo de las mal llamadas barras integradas por adolescentes que están utilizando el fútbol como su vehículo preferido para explotar su ímpetu desadaptado por circunstancias que están relacionadas más con su convivencia que con el deporte mismo.

Este azote debe ser tema de legislación para que las autoridades tengan las herramientas necesarias para poder frenarlo de tajo. Es claro que en su mayoría los vándalos son menores de edad y que se escudan en esta situación.

La Dimayor y sus clubes también deben tomar cartas en el asunto con un mayor énfasis coercitivo: no basta con sancionar por una o dos fechas a la plaza en donde hay desmanes de grupos de fanáticos. Deberían cerrarles también la puerta de los estadios a aquellas barras que son reiterativas en sus brotes de violencia y delincuencia por un mayor espacio de tiempo: dos, tres meses o más.

Las rutas de acceso
Cada que hay un partido importante en Pereira se establecen controles de seguridad pero todo gira en torno al estadio y su entorno cercano. Pero se están olvidando de las rutas de acceso de esos hinchas problemáticos que debería estar bien cercadas para que, como en el caso de Gama y sectores vecinos, sus residentes no sigan sufriendo cada que hay fútbol en la Villa.

 

ocampo.jpgPor Hugo Ocampo Villegas
Twitter: @hovi55

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