Deporte Risaraldense

Lo doloroso es que nos acostumbramos a perder

En los micrófonos, en las declaraciones, nos quedamos hablando del buen primer tiempo, de la reacción en el segundo, de las oportunidades que se perdieron, de lo que pudo ser y no fue y del espíritu combativo y guerrero… hasta de cierta mejoría futbolística, pero en el Deportivo Pereira los resultados no llegan.

Y como en este país, en el que tantos muertos y matanzas nos volvieron insensibles mientras el dolor no toque nuestras puertas, con el Deportivo Pereira ya nos acostumbramos a perder. Tanto que nos volvimos unos críticos pasivos.

Lo más grave es que, aparte de ese conformismo derrotista que no va llenando la vida con el equipo de la ciudad, al interior del club los responsables ni se pellizcan. Es como si no pasara nada. Como la canción de Sandro… La vida sigue igual.

Directivos autistas
En ese se convirtieron los actuales administradores del Deportivo Pereira… en directivos autistas. Bueno, lo han sido desde año atrás. Acaso no recordamos cuando a voz en cuello todos pedíamos el relevo de Einar Angulo, pues todo apuntaba a que íbamos camino expedito al descenso, como en efecto sucedió.

A Einar, todo un señor, lo sostuvieron en la dirección técnica contra viento y marea pese a los deplorables resultados de su campaña. Un algo así como… “es que acá, mandamos somos nosotros”. Pocas veces la prensa estuvo tan unánime en una apreciación y sin embargo se hicieron ‘de oídos, sordos’.

Pues, ese parece ser el mismo camino con Jesús Barrios. Otro gran señor, pero cuyos números no le ayudan para nada y sin embargo lo mantienen inamovible en el banco técnico. Menos mal que no hay más para donde caer, consuelo de tontos.

Sin atenuantes
A Barrios no lo excusa el hecho del… “trabajo con lo que me dieron, con lo que tengo”. No. Un técnico que se valore no hubiera aceptado dirigir un plantel de tres pesos y hubiese dado un paso al costado.

Aparte que él mismo tiene su responsabilidad en los jugadores que trajo y no le han rendido, en especial los delanteros. ¿Como traer, cómo aceptar a un extranjero como el brasilero André Vieira que en su tránsito por Bucaramanga y Quindío pasó desapercibido y en su presente sólo vive del recuerdo de Patriotas?. Es que ni en la Copa Ciudad Pereira justificó que se le contratara.

De los nueve refuerzos ‘matecañas’ incorporados para este primero torneo ninguno ha llamado la atención. Tanto así que la noticia es la aparición de un jugador de la casa, Andrés Felipe Galvis y el retorno del veterano Alexis Márquez al pórtico, que ya había decidido cerrar su ciclo profesional.

Columna escrita por Por Hugo Ocampo Villegas
Periodista Deportivo

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