Deporte Risaraldense

Los eventos que Pereira necesita

La otra opinión

 

No me cabe la menor duda que después del Campeonato Mundial Juvenil 2011, la serie Colombia – Japón por la Copa Davis ha sido el siguiente suceso en importancia en la historia deportiva de la ciudad, cuyo nombre moldeado en la cancha de polvo de ladrillo del Club Campestre le dio la vuelta al mundo a través de la televisión y se hizo eco en la información de prensa que cubrió todo el universo tenístico.

¡Qué íbamos a imaginarnos en esta tierra, años atrás, que gracias a Santiago Giraldo -uno de sus más prestigiosos hijos y el mejor tenista varón que ha dado Colombia- Pereira fuera epicentro del mayor certamen del tenis mundial en una de sus instancias decisivas como lo fue la confrontación clasificatoria al grupo élite para el 2016. Y que pudiéramos ver y admirar a un flamante top 6, a un exponente de la crema y nata del tenis como lo es Kei Nishikori.

El tenis ha sido precisamente el deporte que más eventos de talla internacional ha celebrado en Pereira en los más recientes años, gracias al empuje, dinamismo y visión de sus dirigentes en la liga y en el club Campestre.

Los certámenes que necesitamos
Leía en estos días que Cartagena será sede el próximo año de una parada de la Copa Mundo de Natación con Aletas, que una ciudad intermedia como Palmira albergará la Copa del Pacífico de Natación y recordaba que por las vías de Boyacá –con sede en Duitama- se corrió en 1995 un campeonato mundial de ciclismo y que Armenia celebró los Juegos Suramericanos Escolares. Eso para sólo citar estos cuatros casos.

Y me preguntaba… ¿Por qué la Pereira de hoy no organiza eventos de esta envergadura y deja de vivir evocando los Juegos Bolivarianos del 2005 o los Juegos Nacionales de 1974 y la subsede del 88…?. La respuesta es sólo una: nuestra dirigencia gubernamental y del sector deportivo está somnolienta, dispersa e incapaz, carente de grandes propósitos, a excepción claro está de la gente del tenis.

Posicionamiento e infraestructura
Realizar juegos o campeonatos de jerarquía internacional no sólo posiciona a la ciudad sino que le permite mejorar sus instalaciones deportivas y construir las que no se tienen.

Días atrás escribía en esta columna que nuestra capital, exceptuando un par de escenarios, tiene una infraestructura deportiva obsoleta e incompleta. No podemos llamar Villa Olímpica a una unidad que carece de al menos un coliseo cubierto para la práctica del baloncesto, el voleibol y el fútbol de salón, que no dispone de una pista atlética y que pide a gritos por su glorioso presente, una cancha para tiro con arco.

Tenemos que despertar, pellizcarnos, comprometernos en un evento masivo o en campeonatos de determinadas disciplinas de corte no sólo suramericano o centroamericano sino arriesgarnos a uno mundial para salir de este letargo que desdice de lo que ha sido la capacidad organizativa de Pereira y para dotar a nuestro deporte, que hoy florece en materia de buenos resultados, de escenarios modernos.

Será que nuestros próximos gobernantes territoriales se comprometen con torneos en grandes para su próximo cuatrienio ?. O, podrán dejar el compromiso adquirido para más delante de unos Juegos Suramericanos, los del 2022 ?. ¿Será que los ahora candidatos podrán anunciar algo al respecto o preferirán pasar desapercibidos? O, ¿preferiremos seguir realizando torneos nacionales de poca monta?

 

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Por Hugo Ocampo Villegas

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