Deporte Risaraldense

El papel de la prensa deportiva en la reactivación del fútbol en Colombia

Por: Carlos Marín (Comunicador Social y Periodista)

El protocolo de la Dimayor no le dedica un párrafo al ejercicio de la prensa especializada y los recursos son limitados. Los comunicadores deberán ser creativos en las nuevas maneras de cubrir el deporte.

A los cuestionamientos que surgen con el documento de 71 páginas que envió la División Mayor del Fútbol Colombiano, Dimayor; se suma el ejercicio de la prensa, un eje específico que el ente podría trabajar en un futuro, una vez se logre la autorización por parte del Gobierno Nacional de regresar a actividades, la prioridad ahora es trabajar por dicha aprobación.

Este sábado 16 de mayo el regreso de la alta competencia en Alemania con la Bundesliga, ha dejado sensaciones positivas pero encontradas en el ambiente del fútbol mundial. La primera es, sin duda,  la presencia de público. El desasosiego del espectador de televisión que no tiene la certeza de cuándo volverá a sentir el aire en las tribunas. Y luego, la sensación generalizada, el vacío de desconocer cuándo se regresará a la dinámica tradicional de convivencia que se tenía antes de la aparición de la Covid-19.

En estas experiencias aparece la figura del comunicador, esa que ha sido fundamental para el fútbol, uno de los deportes más aclamados en el planeta. La difusión jugará un papel trascendental en las maneras de transmitir las vivencias de los deportistas, además de darle foco a competiciones específicas como las ligas profesionales.

Infortunadamente en el documento que se envió al gobierno, la Dimayor no contempló la presencia de periodistas en los escenarios deportivos, más allá de los pertenecientes al canal licenciatario. Esto justificado en la manera de evitar mayor exposición hacia posibles contagios, en un contexto donde deberá prevalecer la salud de las personas.

A lo anterior se suma que desde el Ministerio del Deporte no se permitirán más de 200 personas en los estadios, en una eventual reactivación de la actividad competitiva; lo que desprende un panorama poco favorable para la prensa especializada.

La inversión en la realización de las pruebas, el costo del seguimiento que se deberá hacer a los futbolistas, la inversión en hotelería, el personal médico y en la compra de dotación sanitaria para la desinfección de diversas zonas en los estadios, hacen parte de una inyección mayúscula de la que se responsabilizará el fútbol, precisamente para no dejar caer su nicho de mercado en la industria del deporte.

La misma Dimayor solicitó expresamente al Ministerio del Deporte: «Evitar el cobro en materia de alquiler de escenarios, bodegaje de espacios en estadios, iluminación de escenarios deportivos y demás gastos que implica el alquiler de un estadio y/o escenario para la reanudación de actividad deportiva».

El costo de generar una logística para el cubrimiento de la prensa especializada, lleva a pensar en las desventajas para este gremio que, siendo parte del periodismo nacional, tendrá que afrontar uno de los mayores retos en la historia del deporte: pensarse en un plano lejano a los escenarios, pero cercano a las historias.

Las ruedas de prensa virtuales, el resurgimiento de formatos sonoros, la búsqueda de consolidar nuevas apuestas como el podcast y el uso de estrategias de video compartido con los protagonistas de los hechos, hacen parte de esa gama de alternativas a estudiar. Ahora más que nunca, el concepto de periodismo transmedia cobrará un sentido para el profesional de las comunicaciones cuya misión es moldearse de acuerdo a las situaciones. 

El cuestionamiento hacia la Dimayor no recala en este contexto, analizando los alcances de lo que se discute; sin embargo, desde las altas esferas del balompié mundial como la Federación Internacional de Fútbol Asociado, FIFA; la misma Confederación Sudamericana de Fútbol, Conmebol; se hará necesario alentar a diálogos transparentes, en el ejercicio de construir protocolos dirigidos desde las federaciones deportivas hacia el desarrollo de labores de la prensa especializada, tanto para el fútbol profesional, como para la práctica aficionada. El fútbol no se puede quedar sin publicidad, menos ahora que es cuando más la necesita.

De la misma manera, organismos privados como la Dimayor, seguir alimentando el conocimiento de los miembros que hacen parte de las oficinas de prensa, para que sean estos, enlaces propositivos entre los periodistas y los clubes, los puentes de comunicación entre las organizaciones y la misma ciudadanía.

Finalmente, los comunicadores están llamados a construir desde el sentido humano, una dialéctica que sirva como herramienta para ahondar en la comprensión de lo que se asume.

No todas las federaciones tendrán los mismos protocolos; pero sí, los comunicadores pueden trabajar de la mano, sobre un documento base para generar percepciones de responsabilidad social, parámetros internos para el cubrimiento de disciplinas de bajo y mediano riesgo.

Será una tarea llamativa en las próximas semanas, donde el pilar fundamental que es el cuidado de la salud, no se difumine entre los intereses comerciales de los medios y sus dinámicas de producción de contenido.  

Es de esta manera como la posible reactivación del fútbol profesional en Colombia, ya nos hace un llamado para generar esos espacios de diálogo donde el ejercicio nuevamente no quede en desventaja.

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