Deporte Risaraldense

Se fue el amigo de todos

Augusto Ramírez en la final de la versión 35 de la Copa, el pasado 10 de enero/Foto tomada de Facebook

Se fue el amigo de todos. Se fue sin que se cumpliera su deseo de “morir rodeado de mis seres queridos y de mis mejores amigos”, como lo dijo en una entrevista. El doctor Augusto Ramírez González (30 de octubre de 1942 – 12 de enero de 2018) se fue silencioso de este mundo; se fue en medio del sosiego de su hogar. Partió uno de los últimos grandes hombres cívicos y dirigentes de talante que germinaron en Pereira.

Solo unas pocas horas antes de su fallecimiento, el doctor Ramírez nos contaba a tres amigos, en su oficina, la alegría que le dejó la realización de la edición 35 de la Copa Ciudad Pereira de fútbol.

Debió hacer un esfuerzo adicional en su voz para que le escucháramos, toda vez que el ajetreo de la final de la Copa, el pasado miércoles 10 de enero, y la celebración (una comida) hasta la medianoche con el equipo campeón (UTP), le habían dejado resquebrajada su garganta. De resto, estaba normal, y eso sí, muy orgulloso de su Copa, de los puestos de trabajo que genera este certamen, de la masiva asistencia de público “hasta el punto de que tuvimos que abrir las puertas para que la gente entrara libremente”. Nos dijo que ni siquiera había pasado un día de haber finalizado esta Copa y ya había 4 equipos “pidiendo pista” para la próxima edición (2018-2019).

Estaba feliz y orgulloso de un certamen que creó en 1983 a imagen y semejanza del torneo del Olaya para suplir la ausencia del Deportivo Pereira en la final del fútbol profesional colombiano. Lo creó, lo jugó y lo ganó en ese primer año, como integrante del equipo Heladería Tropical.

Por supuesto que la Copa Ciudad Pereira es una impronta en la vida de este ingeniero mecánico (UTP en 1966), pero no es la única.

Dirigente deportivo

En su momento dijo que le atribuía a la Cámara Júnior y a personas como Jairo Melo y Fernando Agudelo su formación como dirigente, labor que inició a los 17 años como miembro de la junta directiva de la Liga Risaraldense de Fútbol, al lado de Hernando y Gabriel Cardona Rojas y Carlos Ariel García.

Su prestancia lo llevó ser director de los Juegos Deportivos Nacionales de 1980, presidente del Deportivo Pereira en la década de 1990 y director ejecutivo por 25 años de la Corporación Deportiva (entidad que maneja varios escenarios, entre ellos los estadios Hernán Ramírez Villegas y Alberto Mora Mora); ese “testigo” lo recibió de otro gran hombre cívico, también fallecido: Francisco Polanco Ripoll.

El doctor Augusto Ramírez González terminó sus días en un apartamento que “ni él mismo se lo creía”. Nunca alardeó en público de él, pero su modestia quedaba atrás a la hora de recorrerlo con sus amigos e invitados, a quienes les mostraba su inmensa colección de música de todos los géneros, especialmente la clásica; las artesanías y recuerdos que traía de cada uno de los múltiples viajes que hacía al exterior; las medallas, placas y condecoraciones que recibía, y una nave en madera de la puerta principal y original del estadio Alberto Mora Mora, colgada horizontalmente a manera de cuadro, que reflejaba su amor, respeto y admiración por ese escenario.

Hablar del apartamento no es una mera anécdota; su penthouse fue el triunfo ante una pobreza que lo acompañó cuando nació en la calle 11 No. 9-43, de Pereira. Siempre le gustó el fútbol, pero sus padres, Luis Octavio Ramírez Gallego y su madre – especialmente ella – le permitía salir a jugar las recochas a pie limpio, “para no dañar los únicos zapatos que tenía”.

 

Sus estudios

Doña Lilia González Vélez lo veía jugar en la “recochita de la 11”, cerca a Morro Pelao, frente a la escuela Santander, en donde estudió toda la primaria. Su bachillerato lo hizo en el Deogracias Cardona, y después de no haber podido irse a Medellín, también por asuntos económicos a estudiar la carrera que le encantaba (ingeniería química), terminó en la UTP la ingeniería mecánica. En la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica, obtuvo la maestría en ingeniería.

 

“Pollito”, como le decían algunos de sus amigos que retomaban esa expresión de cariño que él usaba para dirigirse a las personas, se jubiló como profesor de la Universidad Tecnológica de Pereira, luego de 39 años de trabajo y muchas realizaciones, entre las que se destacan los dos congresos mundiales de robótica que llevó a cabo y los tres libros que escribió: uno de deportes y dos del área académica.

Sus mayores logros como deportista fueron el haber sido convocado a una selección Colombia de fútbol para los Juegos Bolivarianos, jugar con el Deportivo Pereira en la segunda división en calidad de lateral o marcador de punta y disputar el torneo de segunda división en Bélgica. En Pereira hizo parte del equipo los “Cardenales”, que luego pasó a llamarse “Gaseosas Lux”, y que durante 19 años fue imbatible en los “peladeros” de la ciudad, de esa ciudad que siempre quiso, de la que nunca se fue.

Por su diplomacia, sus conocimientos, por su capacidad de trabajo y por su don de gentes integró varias juntas directivas de empresas privadas y públicas; era una figura indiscutida en el organigrama de los grandes eventos deportivos de ciudad; incursionó en la vida política como alcalde de Dosquebradas y concejal de Pereira.

Murió al lado de doña Gladys Jaramillo, con quien compartió toda su vida y quien le dio dos hijos: Juan David y Liliana, hoy profesionales que viven en Argentina y Estados Unidos, respectivamente.

Augusto Ramírez siempre fue un hombre activo, y por eso la extrañeza en varios de sus allegados que siendo más de las 10:00 de la mañana de este viernes 12 de enero de 2018, en un día laboral, aún estuviera en cama. Estaba descansando… para siempre.

FIN.

Por: Orlando Salazar Zapata
Comunicador social periodista
Especialista en gerencia de la comunicación corporativa

 

 

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