Deporte Risaraldense

Sin la Cordep se generan grandes retos

Por: Carlos Marín (Comunicador Social y Periodista)

Unas horas después de las declaraciones del alcalde de Pereira, Carlos Maya, sobre prescindir de la Corporación Deportiva de Pereira, organismo que administra cinco grandes escenarios en la ciudad, varios son los análisis que se desprenden de la notificación. La información compartida por el burgomaestre este domingo 7 de junio, dejó perplejo a más de uno.

Acto seguidos las reacciones no se hicieron esperar y las dudas comenzaron a surgir. La primera tiene que ver con la voz que tendrán los socios que hacen parte de la asamblea general, pues, aunque la Alcaldía de Pereira tiene el 76.39 por ciento en el porcentaje de participación actual, el otro 20.62 por ciento corre por cuenta de la Gobernación de Risaralda y el 1.94 el Área Metropolitana, el resto de porcentajes son mínimos, pero igualmente válidos a la hora de expresar posturas y de traducirse a un plano jurídico en materia de liquidación.

Lo cierto es que hace cuatro años, la Corporación Deportiva de Pereira suscitó el último de los debates sobre la pertinencia de su existencia; un debate sobre la adecuada administración de los escenarios deportivos.

En la famosa disputa entre Béisbol y Fútbol por El Diamante, quedó soportado que varios actores del deporte solicitaron su liquidación entre ellos el mismo Arpidio Escobar, presidente de la Liga Risaraldense de Fútbol, en el contexto que la anterior administradora a Sergio Moncada, Carmen Julia Gutiérrez, privatizó los escenarios sin generar una relación con el deporte asociado organizado.

Una corporación que no le servía al deporte en Risaralda y la cual firmó un documento con la liga de fútbol, que, para las indagaciones de la época, no tuvieron una base jurídica soportable.

Con la llegada de Sergio Moncada la Corporación se comportó de una manera más amigable, propiciando una comunicación estable con los organismos deportivos sin lesionar relaciones directas con los deportistas, quienes son los que reposan su actividad en los escenarios. Sin embargo, a lo largo de dos décadas el manto de duda sobre la burocracia que genera la entidad no ha desaparecido, el mismo alcalde en sus declaraciones aludió al mismo concepto y a la supuesta nómina paralela que existe.

Otro argumento bajo el cual se amparan quienes argumentan la liquidación, es que el artículo 70 de la ley 181 de 1995 le indica al Estado que son los municipios los responsables de la construcción, adecuación, mantenimiento y administración de los escenarios, no entidades privadas.

Por ejemplo, en 2008 se le solicitó a la Cordep que buscara armonizar el sector de la Villa Olímpica, darle vida por medio de su ejercicio como ente privado para encontrar en este sector, al occidente de la ciudad, una zona deportiva agradable para la comunidad, más allá de los eventos aislados como el fútbol profesional y los campeonatos en las piscinas, cuya administración corre por cuenta de la Alcaldía.

El escenario de mayor impacto en su remodelación ha sido el estadio Hernán Ramírez Villegas, el cual periódicamente recibe atenciones en su estructura, beneficiando los eventos de fútbol de alto rendimiento. El usufructo del Diamante de Béisbol, hoy estadio Padre Valencia, no se ha visto representado de gran manera para la organización con un débil canon de arrendamiento hasta el 2024 de tan solo $ 400.000 mensuales, con cláusulas que, para antes de la pandemia, no se cumplían.

Otra dura crítica que recala entre el gremio es el manejo a los mismos escenarios, donde se aprovecha el préstamo de estos a amigos de los mandatarios de turno, presuntos favores a los asociados y personas allegadas a la función pública en relación al aprovechamiento de los espacios deportivos.

Pero desde este mismo gremio hoy resurgen voces pidiendo al alcalde que se analice la posible liquidación, ya que consideran inconveniente en el tránsito que exigirá los XXII Juegos Deportivos Nacionales y VI Juegos Deportivos Paranacionales, con sede en la ciudad.

Miembros de la prensa deportiva cuestionan la determinación, otros desde la dirigencia deportiva, no la ven con ojos de aprobación. Y es que durante 43 años el municipio nunca entendió que la administración de El Diamante de Béisbol corría por su cuenta, se desentendió dejando al monumento del lote 3, al libre usufructo del fútbol.

Con ese nivel de desentendimiento por los escenarios, quienes tienen voces en contra, encuentran en la decisión del alcalde Carlos Maya, un gran riesgo y es la desprotección en el cuidado de los mismos cinco escenarios que hoy administra la Cordep y los que se construirán para Juegos Deportivos Nacionales. Corporación autos ostensible.

Hoy algunos argumentos distan de las percepciones que hace cuatro años se gestaron, varias de las personas que solicitaban su liquidación; ahora encuentran una entidad seria que está en las manos de Sandra Milena Grajales, dirigente deportiva de respeto y que le recibió la corporación a Sergio Moncada, controvertido personaje que sirvió para mejorar la relación entre el deporte y la Cordep en el periodo pasado.

Sandra, ha informado que la organización no tiene ninguna deuda hoy con entidades privadas, a excepción del predial y el déficit que desprendió el Covid-19 por el no uso de los escenarios. En ese marco, los empleados que sostiene la Cordep no dependen de la Alcaldía, menos el sostenimiento de los escenarios.

Y aunque por austeridad en el gasto, se prescindió de la labor de varios colaboradores; las 10 personas, cinco administrativos y cinco de mantenimiento que se sostienen, realizan sus labores con recursos de la misma corporación. Con la extinción de esta estructura autónoma, los escenarios pasarían a administrase por la jefatura de escenarios de la Secretaría de Deporte y Recreación, lo que repercute en los procedimientos a la hora de realizar inversiones de mantenimiento preventivo y correctivo, como ejemplo se cita al Coliseo Mayor de Pereira.

Luego, las dinámicas que desprende la corporación con el alquiler de los escenarios para conciertos o eventos particulares, o la misma pauta publicitaria que la entidad encomienda a medios de comunicación para el fortalecimiento de su imagen, esto sin tener en cuenta los empleos generados.

Las voces que están en contra de la decisión, finalmente le piden al Alcalde que revise y antes que acabar a la Cordep, se pueda fortalecer pensando en los retos que se avecinan, que sin esta, se harán más complejos de asumir.


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